Tal como adelantamos en la Asamblea General celebrada en julio, el burgalés Juan Castañeda, se incorporará en breve como nuevo entrenador del VCE. Regresa al VCE en una segunda etapa esperando que disfrute de nuestro club y del gran ambiente que hay entre nuestra familia VCE.
Bienvenido de nuevo, Juan. Estamos encantados con tu regreso, esperando más que nunca que tus éxitos serán ahora también los nuestros.
Para dar a conocer un poco más a Castañeda, Fernando Nogués le ha hecho una entrevista en la que podemos tener un primer contacto con su visión y valores.

1. ¿Cual fue la razón por la que comenzaste a hacer esgrima?
Pues lo cierto es que, más allá de eso que todos los niños felices hemos hecho de «batirnos en duelo» con palos de escoba, antenas de radio rotas, paraguas, etc… nunca había tenido vocación de espadachín de pequeño. No es un deporte que aparezca en la televisión ni los diarios deportivos cada día, así que no era fácil que la magia de poder hacer realidad esos duelos de piratas con equipamiento seguro, reglas y un espacio adecuado le llegara a unos chicos de barrio que estudiaban, jugaban al baloncesto y escuchaban hiphop en sus walkman.
No fue hasta los 14 años que vi este deporte por primera vez, cuando mi maestro Roberto Codón apareció en el centro escolar para hacer una de sus famosas exhibiciones de promoción. En una hora de educación física nos enseñó lo básico, y en una invitación de 2 tardes para probar en la misma sala de armas nos encandiló para siempre a unos cuantos del instituto. ¿La razón por la que empecé a entrenar? Es el deporte más divertido del mundo, se me dio bien desde el principio y cada día es un reto.
2. ¿Cuáles crees que son los valores o principios que enseña la esgrima?
La esgrima, como deporte y como arte marcial, tiene unos valores implícitos de disciplina, compañerismo, constancia, superación, etc… comunes a otras actividades. Pero si tuviera que elegir uno por encima de los demás, sería el respeto al rival. La forma más pura de respeto al compañero es esforzarte al máximo para superarle en un combate. Él, por su parte, hará lo mismo. Ese es el motivo por el que nos decimos «gracias» al terminar los asaltos.
3. ¿Qué te llevó a hacer el cambio de tirar a entrenar?
Esta es muy fácil xD Fui convocado por el maestro Ángel Fernández para la selección nacional en Madrid con 19 años. Dejé en Burgos grandes y pequeñas cosas para cumplir un sueño: estar en unos juegos olímpicos. Durante los años en el equipo nacional, compaginé mis entrenamientos con mi formación como entrenador en la Escuela Nacional de Entrenadores de Esgrima. No con poco esfuerzo, conseguí completar los requisitos y aprobar los exámenes hasta alcanzar el nivel 3 de entrenador nacional.
En la temporada 2010/2011, tuve la certeza de que mi sueño de ser olímpico ya no estaba a mi alcance, y en ese momento supe que se cerraba un ciclo y empezaba otro. A día de hoy, esa ilusión sigue intacta, tan sólo se ha transformado en el deseo de poder acompañar a mis alumnos en el camino a ese mismo sueño.

4. ¿Por qué el Valladolid Club de Esgrima?
El VCE es un club con una larga tradición, en el cual hace muchos años que se trabaja con seriedad. Prueba de ello son sus 3 décadas de historia y sus numerosos títulos. Conozco bien este club y a muchos de sus miembros, a los cuales me siento orgulloso de considerar amigos. Tengo un especial cariño por el maestro Moncho, el cual ha demostrado una paciencia infinita ayudándome desde que yo era un infante indomable hasta el día de hoy en que sigue guiándome en mi formación como entrenador.
Considero que el VCE se encuentra en un momento de forma excelente, es una entidad sólida y con un enorme potencial de volumen y de resultados. Estoy deseando poner mi granito de arena y contribuir a mantenerlo entre uno de los mejores clubes de España.
5. ¿Qué esperas de la próxima temporada?
Ya te he comentado antes cuál es mi sueño, pero por el momento toca ser prudente y realista. A lo largo de la próxima temporada me he fijado como objetivo ser un engranaje de la maquinaria que ya funciona en el VCE, adaptarme a las rutinas de trabajo y aportar a ellas lo que pueda, de modo que el club pueda crecer en volumen. En lo que a los resultados se refiere, me gustaría tener grupos estables de alumnos con los que poder establecer los objetivos juntos de cara a la temporada 2021/2022 y en adelante.
6. ¿Cuáles van a ser tus criterios a la hora de entrenar con los chavales? En esta se refiere a tu filosofía a la hora de enseñar, lo que te gusta…
La docencia, aunque sea en un aspecto deportivo y no obligatorio, es algo muy complicado. Hay apasionados de la esgrima de todo tipo y condición: el que quiere entrenar por mejorar su condición física y agilidad mental, el que lo hace por divertirse con más gente compartiendo una afición común, el que desea competir a nivel internacional, al que le gustan las armas de combate y quiere aprender a manejarlas… Mis preferencias y mis capacidades van más acordes a unas actividades que a otras. No obstante, mi propósito es que quien entrene conmigo se sienta satisfecho sea cual sea su objetivo. En el caso de los «chavales», me gustaría que aprendieran y demostraran cada día que nada importante se consigue sin esfuerzo, pero que nada que no te haga disfrutar es importante.
7. ¿Qué le dirías a una niña o niño que se está planteando empezar en este deporte?
A día de hoy, afortunadamente y con mucho trabajo, la esgrima es un deporte que llega a más gente que hace unos años. A pesar de ello, sigue habiendo clichés y tópicos difíciles de abandonar. Que si es elitista, que si no es seguro, que es extremadamente caro… Con mucho esfuerzo de los profesionales de la esgrima y la ayuda de las instituciones, se ha conseguido que sea una actividad accesible para todo el mundo.
A alguien que le guste este deporte pero que tenga sus reparos a la hora de probarlo le diría que empezar a hacer esgrima es tan fácil como hacer cualquier otra actividad. No es para nada caro, es un deporte en el que se producen muy muy pocos accidentes y muy leves, somos todos una gran familia en la que todo el mundo se siente a gusto y en el que se progresa cada día y nunca hay un estancamiento. A un niño quien se plantea empezar, sólo le diría: «vente conmigo a entrenar hoy. Si no te ha dado miedo y te lo pasas bien con tus compañeros, vuelve mañana»
